El doctor Centeno: 30
El doctor Centeno Tomo II de Benito Pérez Galdós En aquella casa : II Puesta la mesa y llegada la hora, iban entrando los huéspedes y cada cual ocupaba su sitio. Hubo temporada en que se reunieron veinte, la mayor parte jóvenes. Siempre había tres o cuatro señores graves que daban respetabilidad a la mesa y a la casa. Entre los jóvenes distinguíanse los estudiantes, y no faltaba algún empleado o pretendiente. De los señores que se denominaban fijos, merece principal mención uno que habitaba la casa desde que la estableciera Doña Virginia. Su fijeza era ya proverbial, su persona y circunstancias dignas de estudio. Había sin duda misterio en aquel señor tan circunspecto y prudente, que nunca decía esta boca es mía, sequito, canoso, correcto y urbano. No molestaba a nadie y se pasaba la vida en su cuarto escribiendo y leyendo cartas; no salía jamás como no fuera para ir al correo, ni recibía más visitas que la de un cierto sujeto, apoderado de la familia,...
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