El cura de vericueto: 05
El cura de vericueto Primera parte - Capítulo V de Leopoldo Alas En lo más alto de aquella montaña, camino de cuya cumbre, y no muy lejos, estaba la iglesia y rectoral de Vericueto, mas otras muchas casas y chozas de la parroquia, había, según ya se ha dicho, un enorme berrueco, o sea peñón ingente que, no sé si se dijo también, amenazaba desplomarse sobre aquellas frágiles moradas y hacerlas polvo. Esto de la amenaza no es retórica, sino la pura verdad; porque, según pude ver por mis ojos aquel día que visité al cura Celorio, la tal peña, grandísima y formidable, estaba como por milagro sostenida en la altura, y el instinto de las leyes del equilibrio que a nuestro modo, y por observación, tenemos todos, le decía a cualquiera que la mole granítica o lo que fuese (granítica no sería, pero ya pesaba sus miles de quintales) no debía de poder mantenerse mucho tiempo, si caigo o no caigo, y tenía que caer por fuerza el día menos pensado. Poco a poco ya se...
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