El conde de Montecristo: 1-23

El conde de MontecristoPrimera parte: El castillo de IfCapítulo 23 de Alejandro Dumas Capítulo veintitrésLa isla de Montecristo Por uno de esos azares inesperados, que tal vez suceden a aquellos que la fortuna se ha cansado de perseguir, iba Dantés al fin a realizar sus ilusiones de una manera sencilla y natural, arribando a la isla sin inspirar sospechas a nadie. Una noche le separa solamente del viaje tan esperado. Esta fue una de las noches más agitadas que Dantés pasó en su vida. Todas las probabilidades buenas y malas, todas las dudas y todas las certidumbres, se disputaban el dominio de su fantasía. Si cerraba los ojos, veía en la pared, escrita con letras de fuego, la carta del cardenal Spada; si un instante se rendía al sueño, las más insensatas visiones trastornaban su imaginación. Ora se creía andando por grutas cuyo suelo eran esmeraldas, las paredes rubíes y las estalactitas diamantes. Como se filtra por lo común el agua subterránea, caían las perlas...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información