El cisne de Vilamorta: 12
Capítulo XI 12 Pág. 12 de 29 El cisne de Vilamorta Emilia Pardo Bazán Ocho o diez días mediaron entre la visita de Segundo a las Vides y el regreso de don Victoriano y su familia a Vilamorta. Quería don Victoriano tomar las aguas y a la vez desbaratar la tenebrosa maquinación, la candidatura Romero. Plan sencillo: ofrecer a Romero un distrito en otra parte, donde no tuviese que gastar un céntimo; y así, quitado de en medio el único rival que tenía prestigio en el país, evitaba el bofetón de una derrota por Vilamorta. Esto importaba hacer antes de octubre, época señalada para la lucha electoral. Y mientras Genday, García, el alcalde y demás combistas manejaban los palillos, don Victoriano, instalado en casa de Agonde, bebía por las mañanas dos o tres vasos del salutífero licor; leía después el correo, y por la tarde, a tiempo que el pegajoso bochorno convidaba a siestas, leía o escribía en la fresca salita del boticario. Frecuentemente le...
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