El charco de lágrimas (Lewis Carroll)

02/07/2013 2.646 Palabras

-¡Curiorífico y curiorífico! -exclamó Alicia (estaba tan sorprendida, que por un momento se olvidó hasta de hablar correctamente)-. ¡Ahora me estoy estirando como el telescopio más largo que haya existido jamás! ¡Adiós, pies! -gritó, porque cuando miró hacia abajo vio que sus pies quedaban ya tan lejos que parecía fuera a perderlos de vista-. ¡Oh, mis pobrecitos pies! ¡Me pregunto quién os pondrá ahora vuestros zapatos y vuestros calcetines! ¡Seguro que yo no podré hacerlo! Voy a estar demasiado lejos para ocuparme personalmente de vosotros: tendréis que arreglároslas como podáis... Pero voy a tener que ser amable con ellos -pensó Alicia-, ¡o a lo mejor no querrán llevarme en la dirección en que yo quiera ir! Veamos: les regalaré un par de zapatos nuevos todas las Navidades. Y siguió planeando cómo iba a llevarlo a cabo: -Tendrán que ir por correo. ¡Y qué gracioso será esto de mandarse regalos a los propios pies! ¡Y qué chocante va a resultar la...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info