El barco blanco
Soy Basil Elton, guardafaro de North Point, como fueron antes que yo mi padre y mi abuelo. Lejos de la costa, se yergue el faro gris sobre limosos arrecifes sumergidos que aparecen cuando baja la marea; sin embargo, son invisibles si está alta. Desde hace un siglo han pasado frente al faro los barcos majestuosos de los siete mares. Fueron muchos en tiempos de mi abuelo; no tantos en los de mi padre y ahora son tan pocos que hay veces en que me siento extrañamente solo; como si pensara que soy el último hombre sobre nuestro planeta. Esos antiguos navíos, de tripulantes blancos, vinieron de lejanas costas con valiosos cargamentos; venían de costas más lejanas que las del Este, donde tibios soles brillan y permanecen en raros jardines y festivos templos. Vinieron del mar con frecuencia viejos capitanes que contaron a mi abuelo lo que él a su vez contó a mi padre y lo que mi padre me contó en las largas tardes de otoño. Y leí cosas parecidas en los libros que me dieron aquellos...
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