El audaz: 11
El audaz Capítulo XI de Benito Pérez Galdós Capítulo XI - Los dos orgullos I Después de la entrevista con los grandes señores de Enríquez, Muriel determinó volverse a su antigua casa de la calle de Jesús y María. Ya fuera porque no sentía temor alguno a las visitas de la Inquisición, después de aquella entrevista no explicada ni comprendida aún, ya porque no gustaba de ocultarse ni menos de habitar en compañía de D. Buenaventura, lo cierto es que abandonó la calle de San Opropio, a pesar de que su dueño le instaba a que se quedase. El último día que Muriel estuvo allí, Rotondo le presentó dos caballeros de muy raro aspecto y traje, que se decían entusiasmados con las ideas filosóficas y revolucionarias. El uno, que era un joven mal vestido y de tristísimo semblante, habló largo rato con Muriel, exponiéndole su doctrina, que consistía en pegar fuego a todas las ciudades y llevar al cadalso a cuantos nobles, frailes y gente real se hallaran en la...
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