Dos mujeres: 15
Capítulo XIV 15 Pág. 15 de 34 Dos mujeres Gertrudis Gómez de Avellaneda Carlos supo por Elvira al día siguiente que la condesa estaba muy mejorada, y por la noche que había dejado la cama. Resolvió visitarla a la siguiente mañana, y se proponía para justificar consigo mismo esta segunda y peligrosa visita, manifestar a la condesa una tan noble, tan pura y tierna amistad, que bajo la égida de tan santo nombre no se atreviese a compadecer jamás una pasión culpable. Confiaba todavía en sus fuerzas que había reunido para que le sostuviesen en su virtuosa resolución, y confiaba también en la misma Catalina, que no dudaba procuraría combatir una inclinación desgraciada. Pero pasó el día sin que tuviese un momento de bastante serenidad y aplomo para juzgarse en la disposición necesaria para ir a ver a Catalina, y era ya bastante entrada la noche cuando salió con dirección a la casa de ésta. Dos días antes había llegado a su puerta turbado con el...
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