Del frío al fuego: 12

16/03/2011 3.029 Palabras

Capítulo XI 12 Pág. 12 de 27 Del frío al fuego Felipe Trigo Es nuestro tercer domingo de a bordo, y oímos la misa, en la ancha entrecubierta del palo mayor, frente al altar improvisado bajo un velacho a medio arriar en sus cordajes, formando baldaquino. Gran concurrencia y caras alegres, gracias al mar bien humorado. Es un tirano el padre mar, que se extiende ahora planamente rosado al infinito: si ríe, todos gozosos; si se entristece, no hay más remedio que imitarle. Pero la francesa no ha acudido, defraudando al grupo de «señores de misa de una», como disculpa humorísticamente el capitán a estos que no vienen a oírla jamás, «porque es temprano». No habrían venido hoy tampoco en no siendo por madama. No la vemos; sigue, pues, la reclusión del camarote. -Grave debió de ser la falta -comenta don Lacio-, ¡ah, ladrón de doctor! Sólo que mira al húsar, al decirlo -porque como en el mar y en la tierra, según él, unos cardan la lana y otros se llevan...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info