David Copperfield - Tercera Parte - Capítulo XVI
David Copperfield Tercera Parte: Capítulo XVI de Charles Dickens No había necesidad; ¡oh, Steerforth!, de que me dijeras, el día que hablamos por última vez, aquel día que yo nunca hubiera creído que era el de nuestra despedida; no necesitabas decirme: «Piensa de mí lo mejor que puedas» ; lo había hecho siempre, y no era la vista de semejante espectáculo la que podía hacerme cambiar. Trajeron una parihuela, le tendieron encima, la cubrieron con una bandera y lo llevaron al pueblo. Todos los hombres que cumplían aquel triste deber le habían conocido, habían navegado con él, le habían visto alegre y valiente. Lo transportaron, entre el ruido de las olas y de los gritos tumultuosos que se oían a su paso, hasta la cabaña donde el otro cuerpo descansaba ya. Pero después de depositar la carga en el dintel, se miraron y se volvieron hacia mí, hablando en voz baja. Y comprendí que sentían que no podía colocárseles uno al lado de otro, en el mismo lugar de...
Está viendo el 6% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas