Cuesta abajo: 3
Día 8 de enero de 18... cont. 3 Pág. 3 de 13 Cuesta abajo Leopoldo Alas Me tendía los brazos, que a pesar de tocarme no llegaban a mí, ¡ay!, no llegaban a la región en que yo sentía el espanto y también el cariño que llevaba ella dentro, como un niño en una cuna olvidada. Yo volvía atrás, volvía atrás, a la primera infancia... pero no para entrar en el seno de mi madre: para alejarme de él, cayendo, cayendo en la nada, que me invadía. ... Volví a la vida entre besos, lágrimas y abrazos de mi madre, más un poco de azahar, que llegó a tener para mí, a fuerza de usarlo, algo del olor del regazo materno. Mi madre creía en el azahar como en las oraciones. –La oración –pensaba ella– es medicina para los creyentes: el azahar para los nerviosos. Siguió una reacción de alegría sin causa, como síntoma no más halagüeño, pero como bien positivo actual muy sabroso. Las alegrías sin causa no hay que descontarlas en la vida, porque tienen en...
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