Cuesta abajo: 12
Día 15 de enero de 18... 12 Pág. 12 de 13 Cuesta abajo Leopoldo Alas –Tampoco sé yo si conservo la unidad de carácter del héroe confesando que, a pesar de lo que pasaba por mí con motivo de la presencia de Elena, de quien me estaba yo enamorando, el achuchón de Emilia y la mirada que le acompañó me causaron una delicia carnal desconocida para mí hasta aquel momento. Fue un excitante, además de una revelación, aquel incidente instantáneo; y ello fue que me vi a poco entre las dos hermanas en la glorieta del jardín, sintiendo algo semejante a lo que debiera sentir un gallo entre sus gallinas, si los gallos fueran más psicólogos y menos sensuales. Sin embargo, la vanidad entra por mucho, a mi entender, en el apego que tiene el gallo a su corral; y esa vanidad le viene, tal creo, más que del mando autocrático y de la conciencia de su valor guerrero, de la contemplación del eterno femenino siempre a su exclusiva disposición. La rabia que se profesan...
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