Bendición de la tierra - Libro Segundo. Capítulo 6
La última brigada de obreros baja del monte. Han cesado los trabajos en la mina, y el monte vuelve a quedar despoblado. El establo de Sellanraa, ya terminado, tiene un techo provisional de césped para el invierno. La construcción está dispuesta en una serie de departamentos, con un gran espacio central, luz abundante e higiénicas instalaciones. El local casi no desmerece de lo que exigirían seres humanos. Isak había dormido antaño sobre aquel mismo terreno, en su cabaña, rodeado de unas pocas chozas; ahora no se ve en Sellanraa una cabaña siquiera. Los dos albañiles no se han marchado todavía, pero Gustaf pretexta que no entiende nada de la labor de madera y piensa despedirse; se ha demostrado muy apto en las faenas de mampostería, y con un vigor de oso para levantar pesadas cargas. Sus conciertos de armónica habían amenizado las veladas y se le vio siempre a punto de ayudar a las mujeres que iban a buscar agua al río con sus pesadas cubas. Esta vez está decidido a...
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