Ángel Guerra: 103
Ángel Guerra Tercera parte - Capítulo II – Casado confesor y consejero de Benito Pérez Galdós IV El grandísimo socarrón de Casado se hacía de nuevas, viendo venir a su amigo y conociendo el intríngulis de su grave consulta. «¿A qué es engañarnos? -dijo el guapo sagreño-. Lo que yo sé, sábeslo tú, lo supiste antes que nadie, porque contigo tuvo Dulce confianzas, cuando se desbarató de los nervios irracionales, y estuvo si casca o no casca. -¿Pero qué pretendes tú? ¿Que yo te revele secretos de confesión? -No es eso, ¡potra! Sin confesarla, sabías tú que Dulce ha tenido sus más y sus menos. Aquel Madrid es de muy malas circunstancias, y las muchachas más honestas se pierden en un tris, aunque no quieran. El cuento es que desde que se empezó a correr que la susodicha me gustaba, no han faltado acusones y chismosos que vengan a traerme mil catálogos de ella. Que si fue, que si hizo, y dale que es tarde. Yo aparto las mentiras inventadas por la...
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