A fuego lento: 23
A fuego lento de Emilio Bobadilla Capítulo XI Alicia recibió furiosa al médico. -¿Te parece bien que me haya pasado el día, este día tan hermoso, encerrada? -Porque has querido. -No. Porque no has querido tú acompañarme. Me aburro de andar sola por esas calles como perro sin amo. ¡Con qué placer hubiera dado un paseo por el Bosque! -¿Y por qué me niego a acompañarte? Porque el salir contigo es un eterno disputar. Apenas ponemos los pies en la calle, empiezan las recriminaciones y los insultos, y todo a gritos para que se enteren hasta las piedras. Comprenderás que pocas ganas han de quedarme luego para volver a salir contigo. -¿Y acaso te calumnio? ¿No eres un hombre sin pudor? ¿Cómo llamas a eso de vivir públicamente con una mujer que no es la tuya legítima? -Yo no vivo públicamente con mujer alguna. Esa mujer -te lo he dicho mil veces- es una amiga. -¡Mientes! -Una amiga que me ayuda en lo que tú no puedes ayudarme. ¿Puedes tú copiarme los artículos,...
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